viernes, 8 de abril de 2011

XXXVI


cuando salí de la cárcel eché a andar e hice casi mil millas antes de detenerme. estaba sentado descansando un momento cuando vi a una chica que huía. me levanté de un salto y eché a correr tras ella. estaba desnuda y se ocultó tras una colina. agarré la colina en brazos y la arrojé por el borde del mundo y recogí tiernamente a la chica y le susurré: "toda mi vida he buscado una chica como tú, con piernas bronceadas y pechos blancos y el pelo como el oro del crepúsculo". mientras besaba mis labios, la acosté en una nube. cuando abrí los ojos, la nube se había ido flotando y ella ya no estaba

Erskine Caldwell

No hay comentarios:

Publicar un comentario