viernes, 8 de abril de 2011

el arquitecto de chicago


al besarlo, bebí la sangre de sus labios cortados por el frío. entramos en calor, y  lamí el sudor que emanaba de sus poros. 

la habitación se volvió roja y tuvimos que salir de ella

caminamos por las calles del centro durante la noche y por las del extrarradio durante el día. luego andé solo, y más tarde tuve sed... y frío.

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